El amor en tiempos de COVID-19



Dada la situación mundial que ha causado esta pandemia del coronavirus (COVID-19), nuestras vidas han cambiado radicalmente, especial y tristemente después de ver lo que ha causado en países como China e Italia. Medidas que pudieran parecer de tiempos de guerra se han tenido que tomar para reducir lo más posible la alta tasa de contagios y no sumarse a los casos de mortandad que quizas se pudieron evitar tomando acciones necesarias en buen momento.


Obviamente, una de estas medidas ha sido similar a un toque de queda, pues el aislamiento en casa, con todo lo que involucra (trabajar desde casa, los niños sin escuelas o sin guarderías, sin reuniones o visitas de familia o amigos, etc.) llega a ser un tanto cuánto caótico y un punto que sin duda se afecta y mucho es el de las relaciones. Aqui trataré de desglosar la mayoría de combinaciones posibles. 

Comenzando por las relación de parejas que viven juntas (ya sea casadas o en unión libre), a los pocos días de encierro la vida de matrimonio se complica y créanme que aún estando en la famosa etapa rosa de la "luna de miel", estando recien casados, la cosa no es fácil. La sensación de estar confinados entre 4 paredes requiere saber conservar la cordura, las distancias y la calma. Aunque es entendible que la mayor parte de la casa comprende espacios comunes, es conveniente determinar áreas personales para cada uno, pues recurrir a estos pequeños "santuarios de paz" nos permiten tener un espacio y tiempo para desconectar la mente. Si bien es cierto que es recomendable también tener algún hobby en común, como armar un rompecabezas, ver películas o series juntos, que permitan que la convivencia sea lo más armoniosa posible, porque es evidente que en cuanto acabe el confinamiento lo que querremos es salir por nuestro lado a respirar tantita libertad. La convivencia en extremo puede ser la causa de separación. Para ahondar un poco más en este tema, les recomiendo esta excelente nota acerca de cómo sobrevivir al confinamiento sin divorciarse.

En el caso de las parejas que viven separados (por ejemplo, porque están en la etapa de noviazgo) la distancia juega justo al revés que el caso anterior: mientras que el exceso de cercanía pareciera dividir, acá la lejanía parece unir más. La añoranza de un abrazo o una caricia mantiene viva la esperanza de un reencuentro próximo. A diferencia del caso anterior, los planes a futuro, cuando el confinamiento acabe, son de pasar tiempo juntos, lo cual es muy entendible. Aquí una gran ventaja la juegan a favor las redes sociales y el avánce tecnológico que nos permite disfrutar en tiempo real de una comunicación por audio y video que hace años no se tenía. 

Finalmente, la familia queda a veces en un punto entre los dos anteriores, ya que si vivimos en casa con padres y hermanos, la situación se parece al primero y el encierro empieza a causar problemas. Mientras que si no vivimos con ellos, los extrañamos aún más. Definitivamente somos un caso pues nunca estamos contentos con lo que tenemos y menos con lo que no tenemos, ¿cierto?

Como dice el refrán "nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido", y es por eso que más que nunca durante esta crisis mundial que debemos valorar tantas cosas que tenemos. No sólo nuestro trabajo, hogar, sustento, planes, viajes, reuniones, sino nuestras relaciones, nuestra familia, nuestras amistades. Es buen momento de trabajar en mejorar nuestras comunicaciones y que al final de este encierro no tan voluntario, salgamos con versiones mejoradas de nosotros mismos. 

Cuéntame, ¿cómo te ha ido durante esta contingencia?


Carolina Moretti
Foto: @cottonbro

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