09 - Marzo - 2020



Es triste saber que cada día, hora o minuto una mujer es abusada, molestada, golpeada,  secuestrada, violada y hasta asesinada. Da más tristeza saber que sociedad piense que la mujer es quien de algún modo provoca que todo esto malo le suceda. Es inconcebible que sin importar la edad, todas desde niñas o bebés hasta mujeres mayores son vulnerables, pues personalmente siempre me he considerado pro-vida y con esto me refiero a vida en cualquier etapa, desde la concepción hasta la vejez.. Duele aún más imaginar que (¡espero que no!) esto puede suceder dentro de casa o a la vuelta de la casa, a alguna mujer en nuestra familia o a alguna mujer cercana. Es una situación que enferma, que da asco. 

Debo confesar que la primera vez que supe de las marchas en la Ciudad de México inicialmente me molestó el que la marcha escalara con el rayado de puertas y paredes, los desmanes y la provocación que las feministas extremas dirigían hacia las fuerzas de seguridad e incluso hacia otras mujeres y personas inocentes que pasaban como espectadores por ahí. Consideré que había sido excesivo y siempre he pensado que hasta para manifestarse hay formas. Pero con todo lo que he visto recientemente, hoy ya no pienso así y si por mí fuera, hasta yo quemaba las puertas del palacio exigiendo justicia. Me ha dolido mi país que tristemente se destaca no sólo por sus feminicidios (y demás homicidios, claro), sino tambien por su indiferencia. Un país que ha perdido parte de esa alegría porque se está llegando a un extremo inesperado. 

Hasta ahora. 


Hoy por fin gran parte de las mujeres y la sociedad mexicana se han unido para demandar justicia y soluciones, haciendo notar su importancia "desapareciendo" por un día de cualquier actividad. Si hablamos de que las manifestaciones dejan daños materiales, un paro de magnitud nacional que significaría un día sin mujeres causa un gran impacto tanto en lo económico y lo social de mucha relevancia. Nos pone en los reflectores internacionales. Aún así tristemente hay gente que no comparte esta idea, a veces por ignorancia o por creencias retrógradas o arcáicas, pero es importante que se abran a entender la raiz de todo esto. Se exige justicia, equidad, igualdad, protección, ayuda, reconocimiento y mucho más para todas y cada una de las mujeres, sin importar edad, raza, ideas ni preferencias. 

Ya mencioné una vez que es claro que mujeres y hombres nunca podremos hacer todo lo que hace el sexo opuesto, pero el problema es que tampoco nos ponemos de acuerdo para hacerlo juntos. La sociedad se divide cada vez más y entonces se tiran unos a otros, en lugar de buscar soluciones. Creo que esta vez es un buen inicio para comenzar a dar pasos juntos en la misma dirección, buscando un cambio positivo. 

Por supuesto que me sumo al paro del día de mañana, esperando que el impacto no se limite al hermoso país que me vió nacer y que se contagie a todos los confines del mundo, donde la voz de las mujeres debe ser escuchada. Y no nada más quedarme en qué pasará mañana, sino ver cómo amanecerá el martes y los días siguientes. Que no haya más secuestros, asesinatos o abuso de nadie, sean mujeres, niñas, niños u hombres. Que podamos vivir en paz, trabajando y conviviendo juntos en busca del bien común. 


Carolina Moretti

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