¿A sus órdenes... jefe?


El trabajo: ese lugar que "consume" prácticamente una tercera parte de nuestra vida diaria y donde convivimos con nuestra "familia disfuncional laboral", estableciendo relaciones no sólo con los clientes, sino con nuestros compañeros durante al menos 40 horas a la semana. Obviamente un subgrupo de estos compañeros lo conforman nuestros  queridos superiores: ya sea el Director, Gerente, Supervisor, etc. No importa cómo deseén llamarlo en el organigrama, para efectos de este artículo será simplemente el/la "jefe".

Se entiende que siendo responsable de un área o departamento, el jefe debe entregar resultados y en consecuencia él debe exigir lo propio a su gente. Sin embargo, los estilos de manejo de personal varían mucho y hay desde jefes muy laxos y relajados hasta aquéllos que gozan de la tiranía y del abuso del micromanagement, pero lo que es un hecho es que los malos jefes (que pueden caer en cualquier punto en este rango) son una de las principales causas por las que alguien decide dejar su trabajo y cambiar a otro lado. 

Por una parte tenemos a los jefes autoritarios, cuya gestión en ocasiones parece más una dictadura que una gerencia. Aquí nadie puede cuestionar la autoridad del jefe, por lo que aún no teniendo la razón se hará lo que él diga y puede llegar a supervisar estrictamente que se haga. Las nuevas ideas y propuestas no son tomadas en cuenta. Incluso puede argumentar que "lo hace por el bien de sus empleados", pero de este modo eventualmente disminuye la confianza de ellos. El único lado bueno de este estilo de jefe es que las decisiones son rápidas y bien definidas (ideales en una situación crítica), no dejando espacio a otras variables. En este tipo de jefes podría llegar a caber aquél que se conoce como transaccional, donde la "motivación" para llegar a la meta está basado en un sistema de recompensas y castigos, lo cual provoca que en lugar de crecimiento, las cosas se mantengan con cierta "estabilidad".

De la tiranía pasamos al estilo de jefe democrático donde la voz de su gente ya tiene peso en las decisiones (aunque éstas siguen siendo su responsabilidad directa), ya que puede consultarlos antes de tomarlas, invitarlos a participar proponiendo soluciones y colaborar en que se lleven a cabo por un bien común. Obviamente este tipo de jefe fomenta la comunicación e incrementa la confianza, cohesión y compromiso de su gente al ver que su opinión es valorada e incluida, además de que proveé la ventaja de tener diferentes puntos de vista que complementan el panorama, permitiendo avanzar mejor como equipo aunque las decisiones podrían tomar más tiempo en tomarse. Al igual que en el caso anterior, podríamos incluir aquí al tipo de jefe transformativo o transformacional, el cual no sólo busca incluir a su gente sino que la impulsa a crecer y tomar responsabilidad, permitiendo el establecimiento de metas a largo plazo que benefician tanto profesional como personalmente a los empleados. 

Finalmente, pasamos al jefe laissez-faire (que en francés significa "dejar hacer"), el cual literalmente permite a su gente hacer y tomar las decisiones ya sea por delegar tareas que requieren poca supervisión de parte de un superior o porque el equipo está conformado por gente altamente capaz que sabe autogestionarse de manera eficaz y eficiente. Definitivamente este tipo de gerencia no aplica para un ambiente de trabajo que requiere tomas de decisiones rápidas o en un ambiente que requiera supervisión constante ya que se puede caer en una baja de productividad.

Bueno pues aquí cabe aclarar que el que nuestro jefe haya tenido un mal día no quiere decir que eso ya lo convierte en el peor jefe, así como el caso opuesto no lo convierte en el mejor. Somos humanos y todos los tenemos, ¿no? Pero como ven, identificando que estos 3 tipos de jefes tienen tanto aspectos positivos como otros no tanto, claramente dependiendo del ambiente y el tipo de trabajo a realizar, nos ayuda a distinguirlos para también saber qué esperar cuando le reportamos a alguno de ellos. 


Y tú, ¿qué tipo de jefe tienes o eres?


Carolina Moretti






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