Camino al Altar - Epílogo: Siguiendo mis propios consejos
¡Hola chicas!
Después de unas merecidas y largas vacaciones, es momento de regresar a escribir al blog y continuar aportando recomendaciones y tips de varios temas, pero les confieso que antes de salir de viaje estuve pensando al respecto y creo que muchas veces podemos ser buenas para aconsejar, pero nunca seguimos nuestros propios consejos, ¿cierto? Así que consideré que lo más sensato de mi parte era poner en práctica algunas de las cosas que les he recomendado ¡y agendé una cita para prueba de novia, con todo y prueba de maquillaje y peinado incluidas!
Así que aquí les va mi reseña:
Hice mi cita de maquillaje y peinado con anticipación ya que en fin de semana y en esta temporada puede estar todo lleno por bodas. Llegué puntual a las 8:30 de la mañana, ya con el cabello limpio y seco e inmediatamente fue manos a la obra. Un par de días antes le compartí vía WhatsApp algunas ideas a la maquillista y la estilista para ir ganando tiempo y así tomar la mejor decisión del look más apropiado desde antes y eso sin duda facilitó mucho las cosas.
Lo sé, acepto que cometí mi primer error en no seguir mis propios consejos y fui a que me maquillaran completamente, cuando lo ideal es ir a la prueba con cara lavada y limpia, para no ir dejando el rostro en cada vestido, pero sí, debo confesar que me ganó la emoción y la idea era realizar una sesión de modelaje lo mejor hecha posible. Claro, tanto el maquillaje como el peinado complicarían un poco el proceso de prueba, pero al mismo tiempo justamente así les tocará a ustedes hacerlo el día de la boda, entonces no estuvo del todo mal.
En fin, el trabajo de ambas chicas fue impecable y en un par de horas ya estaba lista y en camino a la boutique.
Desde el primer "¡hola!" y durante cada minuto ahí la atención fue increíblemente amable. Al igual que en la cita anterior, yo ya había revisado las redes sociales de la tienda eligiendo previamente los modelos que llamaron mi atención, así que apenas entrando fuimos directamente a los racks a seleccionarlos y llevarlos a la sala de prueba. Claro que al ver tanta belleza una se quiere probar todos los modelos, pero como les comentaba en los artículos, la experiencia de la vendedora es importante para ayudar a reducir la lista a únicamente los que realmente favorecen a una.
Importante mencionar que es super recomendable que las acompañen pocas personas, si acaso un par de sus mejores amigas, familiares y/o su mamá, pero que sean de mucha confianza y cuya opinión sea realmente valiosa para ustedes. En esta ocasión no pude invitar a mis amigas (que seguro pensarían que estaba loca) y no sólo por su opinión, ¡sino para que me tomaran fotos! Razón por la cual únicamente verán selfies y no de los vestidos completos jajaja. Pero en serio, las fotos que les tomen de varios ángulos les ayudarán a tomar la mejor decisión a la hora de elegir.
También faltó mencionar que por las prisas y lo temprano de la primera cita, salí corriendo con unos flats y olvidé los zapatos ideales, ¡pero nada que un parado de puntas no lo arregle! Jajaja. Lo que sí les puedo decir es que ¡me volví una experta para pasar de un vestido al siguiente con una maestría sorprendente!
Bueno, ya en el probador obviamente el maquillaje y el peinado complicaban un poco el ponerse alguno que otro vestido, especialmente en aquéllos en los que debes entrar por debajo y no por arriba, pero con cuidado logramos dejar intactas las tres cosas.
Una vez puesto el primer vestido, subí a la tarima para verlo en el espejo múltiple que permite admirarlo por todos los ángulos. Estando de pie ahí me pusieron un bonito tocado que iba muy bien con el peinado, así como un velo corto sencillo y, a falta de un ramo, improvisamos con unas flores artificiales que sirvieron perfectamente para ese propósito.
El primer vestido era un bonito diseño (con el nombre de una ciudad entrañable para mí) en línea A, con escote corazón y una hermosa falda y cauda de tul drapeado. Sin duda un modelo donde queda claro que menos es más, equilibrando perfectamente elegancia y sencillez.
El segundo vestido hacía honor a su nombre de princesa rusa, pues precisamente era de corte princesa con manga larga que cubre de encaje que recorre desde los hombros (formando una especie de escote corazón y hombros semicaídos) cubriendo todo el talle y continuando sobre la vaporosa falda de tul hasta la bastilla. Realmente el que más ganas tenía de probarme pues está de sueño, pero creo que mis brazos no eran lo suficientemente delgados para las mangas y no me lo pude probar bien (por eso no hay foto). ¡Snif!
El tercero también hacía juego con su nombre de princesa monegasca y hasta cierto punto era muy similar al anterior, pues el encaje iba también desde los hombros al talle, fundiéndose en la falda de tul, pero a diferencia del otro, apenas llegando a una altura un poco más abajo de la cadera. Sin duda su detalle más romántico radica en la ventaja de sus tirantes amplios es la versatilidad de llevarlos a los hombros (creando un escote en V) o caídos (haciendo un escote más sutil y casi corazón). Un punto importante aquí es que el chongo, por el peso de los pasadores, empezaba a deshacerse con los cambios de vestidos y hubo que hacer algo de magia para reconstruirlo.
El cuarto fue sin duda uno que le hace honor a la belleza de su nombre (no, no se llamaba Carolina, jajaja aunque sí tienen uno con ese nombre!): un hermoso vestido de corte sirena, con manga larga de campana, cubierto de encaje floral e incrustaciones de perlas. En una ocasión anterior tuve oportunidad de probarme un vestido de corte sirena pero que restringía demasiado las piernas poco antes de la altura de las rodillas, sin embargo éste realmente permitía moverse sin problema (recuerden chicas: ¡hay que caminar, sentarse, hincarse, brincar y hasta bailar para que verdaderamente comrpueben que estarán cómodas por todo lo que dure la ceremonia y la fiesta!)
Finalmente el último fue un vestido de línea A, con aplicaciones de encaje e hilo dorado por todo el talle, culminando en una amplia y cómoda falda de raso en tono dorado. Increíblemente elegante y sofisticado y lo mejor de todo: con bolsillos perfectamente invisibles a los costados.
Créanme que era una delicia vestirlo y curiosamente aún cuando no estoy planeando o preparando tener una boda (porque esta misión la hice por el bien de mis queridas lectoras y seguidoras) tengo que admitir que sí ocurrió ese momento en el que sabes cuál es EL vestido para ti. No sé cómo describirlo pero simplemente lo sientes y te das cuenta en ese instante. Es verdaderamente un instante mágico. Definitivamente éste lo fue para mí y de haber sido diferentes las condiciones, no sólo estaría ya en mi casa, sino que creo que aún lo traería puesto, jajaja.
Pero como todo lo bueno que parece durar poco y saliendo de ahí fuí a casa de una entrañable amiga por una inmejorable plática, mientras ella quitaba 3 Kg de pasadores de mi cabello y yo soñaba con regresar y comprar toda la tienda, jajaja.
Agradezco nueva y enormemente la atención de todas y cada una de las chicas, pues hicieron que disfrutara cada minuto de la experiencia. En verdad fue inolvidable y a ojos cerrados lo volvería a repetir.
Sigo a la orden para responder todas sus dudas. ¡Espero leerlas pronto!
Carolina Moretti
Comentarios
Publicar un comentario